La catedral de Honduras comenzó a construirse en el siglo XVIII y se encuentra en bastante buen estado de conservación. No es especialmente bonita, pero si vais a Honduras no está de más acercarse y pasear un rato por su luminosa plaza.
Un árbol centenario invita a contemplar el paisaje que le rodea, siendo este al menos para mi, el primer plano de la imagen, y detrás la catedral de Bonaguil, en Fummel, Francia, esta catedral se encuentra sobre una montaña, pero el camino es fácil, desde allí hay unos paisajes preciosos para contemplar durante horas tranquilamente, y la catedral es inmensa y espectacular.